Mucha gente se agolpaba a lo largo del recorrido para animar a los niños que participaban en la carrera.

Bea, la tortuga, y la familia del pájaro carpintero andaban por el prado en las afueras de Bosqueverde en busca de insectos y raíces para comer.

Corría el año 1941. Mi papá, Miguel, junto a su hermano, Juan, tenían sembradas 350 hectáreas. Eran tiempos de bonanza. Ambos eran arrendatarios del dueño del campo. Mi padre, un hombre habilidoso y muy trabajador, tenía una buena huerta, una docena de cajones de abejas, cerdos que faenaba en el invierno. Mi mamá, Florencia, se

Son las siete de la mañana, todos salen apurados del edificio hacia sus trabajos. Al subir al ascensor se sorprenden cuando leen un mensaje pegado en el espejo, sobre un papel de colores que dice: “¡Te quiero tanto! ¡Que tengas un buen día!”. La señora del cuarto, de novia con el del tercero, piensa qué

La siesta incolora adormecía su concentración, pero agudizaba sus sentidos. Sentía cómo el viento suave acariciaba y alimentaba su alma poética susurrándole historias ajenas. La llovizna sosegada y constante la tocaba suavemente haciéndola sentir un frío cosquilleo en cuerpo y alma. Le hacía recordar al hombre a quien tanto amó y seguía amando. Recordaba aquel

El otro día descubrí que pocos saben lo que realmente pasa cuando dormimos. Pocos saben de Ellos. Uno no se entera porque está durmiendo, pero siempre que cerramos los ojos y nos dejamos envolver por el sueño, hay un momento en el que nos quedamos solos. En ese momento vienen. Nadie los ve (no quieren

-La rebelión comienza hoy a las seis y cuarto. -Así es. -Si señor. -A las seis y cuarto. -¿Tenemos todo lo necesario? -Armas. -Banderas. -¡El apoyo del pueblo! -Y nos reuniremos en… -La Bastilla del Norte. -En la Plaza de los Caídos. -El Palacio Blanco. (Los cuatro se miraron desconcertados). -No, se equivocan, nos reuniremos

Junko había nacido pocos meses antes, pero ya era un hermoso elefante de majestuoso y elegante porte (¡cuándo no le daban ganas de correr por la sabana!). Además era testarudo y curioso, difícil de educar. “Junko, por favor, compórtate bien. Sos un príncipe ¡¿o no?!” “¡Está bien! Un príncipe no hace esto ni aquello… ¿qué